Los británicos trataban ayer de comprender el impacto que tendrá en sus vidas el plan de austeridad anunciado por el ministro de Finanzas, George Osborne. En la Cámara de los Comunes, Osborne confirmó los drásticos recortes de gastos ministeriales y sociales, que destruirán, según reconoció, 490.000 empleos en el sector público durante los próximos cuatro años, es decir, afectarán a 1 de cada 10 funcionarios. Se trata de una pérdida "inevitable cuando el Gobierno no tiene dinero", señaló el ministro, quien también anunció la reducción de 7.000 millones de libras (8.000 millones de euros) en ayudas sociales.

Los analistas económicos estiman que otro medio millón de puestos de trabajo en el sector privado desaparecerán como consecuencia de las reducciones presupuestarias. El recorte de 83.000 millones de libras (95.000 millones de euros) del gasto público mermará en un 18% de media los presupuestos ministeriales. El reparto, sin embargo, es desigual.

Entre los peor parados están los ayuntamientos y gobiernos locales, castigados con una reducción del 30%. Muy duros son también los recortes en Interior, Justicia y Asuntos Exteriores, que contarán con un 24% menos.

El Gobierno combinará los recortes con una subida de impuestos, prometiendo eliminar así para el 2015 el déficit público, que en estos momentos equivale a casi el 11% del producto interior bruto. Osborne también confirmó que la edad de jubilación para hombres y mujeres será a los 66 años en el 2020.