Una explosión en un depósito de municiones de la zona de Tikrit provocó la muerte de 12 suboficiales del antiguo Ejército iraquí, desempleados desde la llegada de las fuerzas de EEUU y Gran Bretaña. Los exmilitares entraron a robar en lo que fueron sus depósitos de municiones, para vender el cobre de las ojivas. Mientras, la resistencia iraquí enfrentada a la ocupación aparece mas activa que nunca tras la multiplicación de los sabotajes contra las infraestructuras de agua y petróleo y ataques a las tropas aliadas que indican un cambio de estrategia en su lucha contra el invasor.

La explosión del depósito de municiones tuvo lugar en la aldea de Chehab, cerca de Tikrit. Habitantes de la zona informaron de que las dos explosiones se registraron el domingo por la mañana, pero las fuerzas estadounidenses que controlan la zona no permitieron a la policía y a los bomberos que se aproximaran al lugar hasta ayer. Como en otras ocasiones anteriores, los exmilitares iraquís intentaron quitar el explosivo a las ojivas de cobre para venderlas en el mercado negro, pero la munición estalló durante su manipulación.

VIDA MISERABLE

Kazem Hasan, de 32 años, exsargento de blindados, informó a la agencia France Presse que los muertos pertenecen a cuatro familias, residentes en un barrio en el que viven en completa miseria entre 250 y 300 familias de exmilitares iraquís.

La nueva estrategia de los rebeldes iraquís pretende inutilizar las infraestructuras básicas del país y debilitar la moral de los soldados ocupantes, que se ven incapaces de hacer frente a la inestabilidad y el caos que reinan en Irak desde la caída de Sadam Husein, el pasado 9 de abril. Las nuevas tácticas utilizadas incluyen plantar minas y emplear granadas de mano y lanzagranadas.

Paralelamente, ingenieros iraquís y soldados estadounidenses se afanaban ayer por sofocar el incendio en el oleoducto que une Kirkuk, en el norte, y el puerto turco de Ceyhan, afectado por dos sabotajes. Este oleoducto de 1.000 kilómetros es la principal vía para la exportación del crudo iraquí, cuyos ingresos son imprescindibles para la reconstrucción del país y para el desarrollo de futuros negocios de compañías extranjeras, básicamente estadounidenses. Con las conducciones de agua, Bagdad tuvo mejor suerte. La avería ocasionada el domingo por un sabotaje se reparó en sólo cinco horas.

COMPLICIDAD

Los grupos de la resistencia cuentan con la complicidad de los clanes tribales y de los restos de organizaciones milicianas favorables a Sadam para escapar a las batidas de las fuerzas de la coalición, informa Efe. Otros atentados y sabotajes han sido perpetrados por lo que los iraquís consideran bandas independientes, en su mayoría sunís, sin relación con el depuesto régimen, que quieren sacar tajada con la ocupación.