Unos 350.000 hogares del centro y oeste de Inglaterra se han quedado sin agua corriente, mientras que 50.000 no tienen hoy suministro eléctrico, debido a las inundaciones que afectan al centro y oeste de Inglaterra.

El denominado Comité Cobra del Gobierno, que suele convocarse en caso de emergencia y está compuesto por los principales ministros, se reunió anoche para analizar las riadas que castigan desde el pasado viernes amplias zonas de Inglaterra.

La llamada Agencia del Medio Ambiente (EA) advirtió hoy de que hay siete alertas de inundaciones en estas áreas mientras que el Servicio Meteorológico anticipó que habrá más lluvias.

De esas siete alertas, tres corresponden al río Severn; dos al Támesis; una al Great Ouse, en Bedfordshire (centro), y una al Ock en Oxfordshire (centro-sur inglés).

Según la EA, el pronóstico de más precipitaciones puede agravar una situación ya de por sí crítica. El pasado viernes, en Inglaterra llovió en una hora el equivalente a un mes de precipitaciones, una situación que dejó a miles de hogares sin agua potable y sin suministro eléctrico.

En Oxfordshire, unas 1.500 personas debieron ser evacuadas en los últimos días al estadio de fútbol del club Oxford United, mientras que unas 35 pueblos en Warwickshire están inundados.

La intensidad del temporal ha provocado un masivo despliegue de los servicios de emergencia y de las Fuerzas Armadas, que han tenido que realizar decenas de operaciones de rescate.

Las inundaciones pueden acarrear, además, un enorme coste para las empresas aseguradoras. Una portavoz de la Asociación de Aseguradoras Británicas señaló hoy que la crecida de las aguas ocurrida en junio y julio "pueden suponer pérdidas por encima de los 2.000 millones de libras", unos 2,9 millones de euros.