Un grupo independentista de la Cachemira india llamado Inquilab (Libertad) se atribuyó ayer los tres atentados que sacudieron el sábado Nueva Delhi, y en los que murieron 59 personas y 210 resultaron heridas. La policía investigó el aviso mientras continuó con la redada en varios hoteles y casas de huéspedes y practicó una veintena de detenciones. El Gobierno aseguró que había conseguido "un montón de información", pero rechazó dar detalles.

El grupo Inquilab está conectado, según los expertos, con la agrupación islámica Lashkar-e-Toiba, que lucha por la independencia de la Cachemira india, donde la mayor parte de la población es musulmana. "Inquilab es una organización creada en 1996, pero que no estaba muy activa", explicó Karnal Singh, comisario adjunto del grupo especial que investiga los atentados. Un portavoz de Inquilab dijo, en las diversas llamadas que hizo a los medios de comunicación, que los ataques respondían a las actividades del Ejército de la India en la zona.

AL QAEDA Rohan Gunaratna, un experto en terrorismo que vive en Singapur, explicó que los atentados fueron obra de algún grupo terrorista del subcontinente asiático, pero inspirado por los métodos de Al Qaeda. "Es poco probable que los ataques quieran afectar el proceso de paz entre Pakistán y la India", dijo.

Una opinión que no es compartida por todos los analistas, ya que algunos consideran que los terroristas intentan dilapidar la mejora de las relaciones entre Pakistán y la India, que horas después de los atentados tomaron la decisión histórica de abrir en cinco puntos su frontera de Cachemira para facilitar la ayuda a las víctimas del terremoto del pasado día 8.

Las dos bombas en los mercados de Sarojini Nagar y Paharganj, y la tercera en un autobús, que no provocó víctimas, dejaron a los ciudadanos en sus casas. Todos los mercados de la capital abrieron ayer sus puertas con normalidad mientras que los dos afectados lo hicieron más tarde. En otros mercados, como el INA, Dili Hat y las pequeñas áreas comerciales de los barrios, no hubo muchos compradores hasta la tarde y era patente una gran presencia policial. Los agentes acordonaron los estacionamientos y no permitieron aparcar cerca de las tiendas.

DIAS ANTES DEL DIWALI El azote terrorista golpeó a los indios unos días antes del Diwali, el denominado festival de las luces, una celebración de cinco días que empieza mañana y durante la que las casas se adornan con cientos de bombillas y velas, el equivalente a la Navidad cristiana. En una Nueva Delhi conmocionada y en alerta, las fuerzas de seguridad evacuaron ayer a media mañana el tradicional mercadillo de beneficencia para niños invidentes, a causa de una amenaza de bomba que después resultó ser falsa.

Ravinder Dogra, empleado de una zapatería en el mercadillo de Sarojini Nagar, dijo a la agencia Efe que teme "tener grandes pérdidas, aunque lo peor son las pérdidas humanas". En el establecimiento vecino, que vende brochas y pinturas, su propietario, Rajan Amlani, explicó: "Abrimos porque queremos que los que están detrás de todo esto sepan que pueden herirnos y matarnos, pero no pueden vencer nuestro espíritu".

Hacía una década que Nueva Delhi no vivía escenas de espanto similares, desde que en abril de 1996 fallecieron 17 personas al explotar una bomba en un hotel de la capital, una semana antes de una consulta electoral.