El eurodiputado de CiU, Ignasi Guardans, apuraba ayer tarde sus últimas horas en Bombay, antes de emprender el viaje de regreso en el avión enviado por Francia y dar por acabada la odisea. Guardans pudo haberse marchado en el avión enviado por España, pero no lo hizo. "Tenía una plaza reservada pero, como no cabía toda la delegación, no quise irme", declaró ayer por teléfono a este diario. El eurodiputado afeó la actitud de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y dijo que tenía la sensación de que "podía haber hecho más por la delegación que la acompañaba" en Bombay.