La resistencia ha elegido la Navidad para lanzar su ofensiva más contundente desde la captura de Sadam. Mientras, EEUU bombardeó ayer por cuarta noche consecutiva unos suburbios al sur de la capital iraquí. El balance de muertes aumenta, y entre Navidad y San Esteban murieron cinco soldados y cuatro iraquís.

En una operación coordinada, entre la Nochebuena y San Esteban la guerrilla atacó con morteros y granadas varios objetivos en el centro de Bagdad: la sede de la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) --cuyas sirenas de alarma sonaron el jueves por la noche, recordando las alarmas antiaéreas--, dos hoteles ocupados por extranjeros y varias embajadas.

ESTRATEGIA MORTAL Más eficaz para la guerrilla fue la estrategia de las bombas a pie de carretera. Ayer, en la zona de Baquba, dentro del triángulo suní, murieron en ataques de este tipo dos militares: un policía militar que patrullaba a pie por una carretera y un artificiero que intentaba desactivar un artefacto. El pasado jueves, también en Baquba, otros dos soldados murieron y cuatro resultaron heridos cuando un grupo de insurgentes asaltó con fusiles y lanzagranadas una patrulla.

La violencia también afectó a los colaboradores de la ocupación. En Mosul, ayer fueron abatidos a tiros el jefe tribal Talal al Jalidi y su hijo.