"Esta batalla ha llegado a su amargo final". Este es parte del comunicado que emitió ayer la guerrilla tamil en el que reconoce su derrota frente a las fuerzas gubernamentales y declara un alto el fuego unilateral. El Ejército de Sri Lanka ha doblegado al fin a los rebeldes independentistas tras 26 años de conflicto armado, la guerra civil más larga del continente asiático, que ha costado la vida al menos a 70.000 personas. Los militares continuaba peinando ayer el diminuto territorio selvático de apenas un kilómetro cuadrado donde los rebeldes se habían atrincherado.

"Tenemos que hacer todo lo que podamos para detener esta carnicería. Si ello significa silenciar nuestras armas y entrar en un proceso de paz, eso es algo a lo que ya hemos accedido", escribió el jefe de relaciones internacionales de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), Selvajarah Pathmanathan, en la web de los insurgentes.

Según el portavoz tamil, en las últimas 24 horas de combates han muerto más de 3.000 civiles tamiles y otros 25.000 se encuentran heridos y sin atención médica. "Estamos preparados para silenciar nuestras armas si con ello salvamos la vida y la dignidad de nuestro pueblo".

FOCOS DE RESISTENCIA En declaraciones a una televisión británica, Pathmanathan dijo que el histórico jefe de la guerrilla, Velupollai Prabhakaran, se encuentra todavía en la zona de combate y que su deseo es participar en un proceso de paz. Fuentes militares creen probable que el jefe tamil haya muerto en los enfrentamientos.

El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, podría anunciar mañana el fin de la guerra. Miles de cingaleses salieron a las calles para celebrar la derrota del LTTE. Según los expertos, la violencia no se detendrá en el antiguo Ceilán a menos que Rajapakse acabe con la marginación que sufre la minoría tamil, el 12% de la población y de religión hinduista, frente a la mayoría cingalesa y budista. La guerrilla, que lucha por un estado independiente, ha dejado claro que de ser derrotada en la guerra convencional, como es el caso, volverá a sus tácticas guerrilleras de atacar los sectores claves de la economía. La LTTE es una de las guerrillas más violentas y está considerada un grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.