El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, aseguró ayer que había exagerado cuando, en una charla a puerta cerrada ante miembros de su partido, afirmó que "había mentido día y noche" a la población para poder ganar las elecciones.

"Es importante decir que yo no he mentido", dijo el primer ministro al diario The Washington Post y, volviendo a emplear un lenguaje coloquial, equiparó aquellas afirmaciones "con una discusión de pareja". "Es como si le dices a tu novia: ´La hemos cagado´. Eso no quiere decir que no la ames, solo que quieres cambiar las cosas y mejorar la relación".

Mientras, los sondeos mostraban ayer que Gyurcsany ha salido menos dañado de esta crisis que el líder de la oposición, Viktor Orban, al que la población acusa de azuzar los disturbios.