La primavera seguirá siendo negra en La Habana. Siete años después de la mayor ola represiva del régimen cubano contra la disidencia y el mismo día en que Amnistía Internacional pedía a las autoridades la liberación de todos los presos de conciencia de la isla, la policía acabó ayer por la fuerza con la manifestación de las Damas de Blanco, esposas y familiares de los 75 opositores encarcelados en aquella llamada primavera negra del 2003. Rodeadas por unos 300 partidarios del régimen, una treintena de mujeres vestidas de blanco fueron llevadas por la fuerza en dos autobuses y devueltas a casa.

Varias de ellas se preguntaban anoche si hoy podrán salir a la calle de nuevo. Las Damas de Blanco se propusieron conmemorar aquel encarcelamiento masivo con una semana de manifestaciones diarias en demanda de la libertad de los 53 familiares que siguen presos desde el 2003, así como del resto de los 200 reos políticos de Cuba. Pero ya su marcha del martes fue reventada por una "reacción popular de los vecinos", montada por los Comités de Defensa de la Revolución. Docenas de indignados cubanos escoltaron e insultaron a las manifestantes como parte de "la gusanera", la oposición financiada desde el exilio de Miami, y el "imperialismo".

MANIFESTANTES INCREPADAS La policía se limitó entonces a aparecer como garante del orden público y la seguridad de las manifestantes. Pero ayer, cuando las mujeres vestidas de blanco y con gladiolos en la mano marchaban desde la iglesia de Santa Bárbara, donde asistieron a misa, en casa de un opositor, en el barrio de Párraga, fueron muchos más los vecinos que se unieron para reventar la manifestación con gritos de "Viva Fidel", "Abajo la gusanera" y "¡Que se vayan!". Y fueron mujeres policías, entre otros agentes de uniforme o de civil, las que entre empujones y forcejeos, acabaron por forzarlas a subir a dos autobuses que las libraron de la "ira popular". "Fue un secuestro, porque fuimos obligadas", señaló después la portavoz del grupo disidente, Laura Pollán, a cuya casa, en el centro de La Habana, trasladaron a las manifestantes. Pollán declaró que está "arañada, rapada" y, al parecer, con un "dedo fracturado".

Las Damas de Blanco irritan más que nunca al régimen cubano, escrutado ahora por medio mundo. Entre ellas, casi al frente, gritando "libertad" y "asesinos" marchaba la doliente Reyna Tamayo, madre de Orlando Zapata, el preso político que murió el 23 de febrero tras dos meses y medio de huelga de hambre.

Las manifestantes iban ayer a visitar al opositor Orlando Fundora, que también se declaró en huelga de hambre. Otro disidente, el periodista Guillermo Fariñas, fue hospitalizado hace dos días. Todo ello coincide con el séptimo aniversario de la ola de represión sin precedentes contra la disidencia en Cuba, lo que llevó también a Amnistía Internacional a abrir una campaña de recogida de firmas para exigir al presidente cubano, Raúl Castro, la liberación de todos los presos políticos de la isla.

DEMANDAS La organización pide la libertad inmediata e incondicional de los 55 presos de conciencia que contabiliza en Cuba, así como de las "demás personas detenidas o encarceladas únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión". Y exige "poner fin a la intimidación y la persecución de defensores de derechos humanos, periodistas independientes y disidentes políticos".