Periodista Blair tendría ahora enormes dificultades para ganar unas elecciones, pese a que la oposición conservadora es de chiste. Algunos apostaban a que la intervención en Irak arrastraría al primer ministro que se cansó de exagerar y de contar alguna mentira. Pues no. Todo indica que en el congreso laborista de Bournemouth, Blair se saldrá de rositas gracias, sobre todo, al apoyo sindical que considera --y razón no le falta tampoco-- que los grandes problemas del país son el paro, las pensiones, la reforma sanitaria y asuntos por el estilo. De Irak, ni hablar.