Una avioneta sobrevoló durante la campaña electoral la capital de Haití, Puerto Príncipe, con un letrero que señala lo único que le queda a la población de este Estado fallido : "Lespwa", esperanza. El líder del partido de ese nombre, el expresidente René Preval, se perfila como ganador de las elecciones a las que hoy están convocados tres millones y medio de haitianos, casi dos años después del violento derrocamiento de Jean-Bertrand Aristide, exiliado en Suráfrica. "Preval y Aristide son gemelos", gritaba la gente.

Más de 40 partidos, 33 candidatos presidenciales y 1.300 aspirantes a 30 escaños de senadores y 99 de diputados compiten en unos comicios que el primer ministro interino, Gerard Latortue, define como un "paso histórico y determinante" para alcanzar la democracia y luchar contra la pobreza que abruma al país.

Hasta las bandas armadas declararon una tregua y el domingo se manifestaron sin sus fusiles y con cánticos como "Preval, no podemos esperar más, trae a Aristide". La identificación con Aristide podría dar la mayoría a Preval en la primera vuelta, por delante del candidato del empresariado, Charles Baker, el único aspirante blanco en un país donde más del 90% de la población es negra.