Shinzo Abe, convertido en el jefe de Gobierno más joven de Japón desde la segunda guerra mundial, anunció ayer la formación de un Gobierno de coalición con el partido budista Nuevo Komeito, y proclamó que desea convertir a Japón en un país fuerte y desacomplejado. "Quiero ser el primer ministro de la gente normal que cree en el futuro de Japón", dijo.

Abe se mostró dispuesto a reanudar las cumbres entre líderes de China y Japón, suspendidas por el presidente chino, Hu Jintao, como reacción a las visitas del exprimer ministro japonés, Junichiro Koizumi, al santuario de Yasukuni. Allí rendía homenaje, entre otros, a 14 condenados como criminales de guerra durante la segunda guerra mundial. Su abierto nacionalismo y su proyecto de crear un ejército causa inquietud en los países asiáticos y occidentales.