La guerra contra Irak será un suculento negocio para miembros de la Administración estadounidense como Richard Perle, presidente del Consejo de Política de Defensa del Pentágono. Además de ser el más ardiente impulsor de atacar a Sadam Husein, el halcón Perle es socio ejecutivo de Trireme, empresa que financia compañías de tecnología, bienes y servicios para la seguridad nacional, que pueden ganar miles de millones de dólares con el conflicto, según sostiene en el semanario ´The New Yorker´ el prestigioso periodista Seymour Hersh.

"Está considerado como la fuerza intelectual de una guerra, que no todo el mundo quiere y que está bajo sospecha, aunque ésta sea injusta, de estar impulsada por los intereses empresariales de Estados Unidos", afirma Hersh, al apuntar hacia el tráfico de influencias que supone el manifiesto deseo de Perle de desbancar a Sadam del poder y, "al mismo tiempo, montar una compañía que puede beneficiarse de la guerra".

También es directivo de esta mpresa el exsecretario de Estado de EEUU Henry Kissinger.