Un hombre perteneciente a una tribu india fue rescatado a principios de esta semana con vida en la isla de Pillow Panja, tras haber sobrevivido durante 25 días después del tsunami alimentándose sólo con cocos, según trascendió ayer. Un barco de búsqueda reparó en el superviviente, Michael Mangal, que llamó la atención del equipo de rescate con una bandera fabricada con sus propias ropas.

Mangal fue arrastrado mar adentro por la primera de las olas gigantes que el 26 de diciembre sacudieron el archipiélago indio en que se encuentran las islas de Andaman y Nicobar. "Una vez que las aguas retrocedieron, regresó a su aldea pero no encontró a nadie", relató un miembro del equipo de rescate, que añadió que el hombre ha aguantado todo este tiempo gracias a los cocos.

Mientras, la conferencia internacional de la ONU en Kobe sobre reducción de desastres, concluyó ayer con la adopción de un plan de acción para que no se vuelva a repetir un desastre como el que ha sacudido el Sureste Asiático, con 226.000 muertos, según el último recuento.

En la denominada Declaración de Hyogo, los casi 3.000 delegados, expertos, políticos y miembros de grupos humanitarios de los 168 países participantes llamaron a la comunidad internacional a incentivar una "cultura de prevención de desastres" y encarecieron a los países amenazados a mejorar su habilidad para afrontar las tragedias.

En la declaración, los delegados apoyaron el establecimiento de un sistema de alerta rápida de tsunamis en el Indico y reconocieron que, de haber existido, se habrían salvado muchas vidas. De esta forma, mostraron su apoyo a la ONU para que coordine la puesta en marcha, en junio del 2006, del sistema y un año después, en otras áreas costeras, ampliándose a tifones, maremotos y otros fenómenos.

El coste del sistema en el Indico puede oscilar entre los 10 y 23 millones de euros.