El movimiento islamista Hamás, que gobierna la franja de Gaza, ha declinado recibir el cargamento de ayuda humanitaria que iba en la llamada "Flotilla de la Libertad" hasta que Israel libere al último de los activistas internacionales que tiene bajo arresto. "El Gobierno de Gaza rechaza recibir la ayuda de la flotilla hasta tener garantías de que Israel deja en libertad a todos aquellos que aún están bajo arresto", dice un comunicado difundido a los medios por Taher A-Nunu, portavoz del ejecutivo islamista de Hamás.

Una primera carga de la ayuda humanitaria que transportaba la flotilla, asaltada el lunes por comandos israelíes en aguas internacionales en una operación que causó nueve muertos, se encuentra en el paso fronterizo de Kerem Shalom en veinte camiones llegados desde el puerto de Ashdod, unos sesenta kilómetros al norte de la franja de Gaza. Avital Leibovich, portavoz para medios extranjeros en el Ejército israelí, confirmó en conferencia telefónica con varios medios que "se ha suspendido la descarga de los barcos porque Hamás rehúsa recibir los primeros camiones". "Israel ha declarado que trasladará el cargamento a Gaza después de inspeccionarlo... pero Hamás ha decidido que el bienestar de la gente es menos importante que la política", dijo.

Unos 165 activistas que estaban bajo arresto fueron expulsados por Israel en las últimas veinticuatro horas, y el resto, más de 600, fueron hoy trasladados en autobús desde una cárcel en Beer Sheva (sur) hasta el aeropuerto de Ben Gurión, cercano a Tel Aviv, con el mismo fin. Consultada por el contenido de la ayuda humanitaria, Leibovich confirmó que "no hay nada ilegal" pero que "se trata de productos que de cualquier manera entran en Gaza semanalmente", como "equipos médicos del tipo de sillas de ruedas, medicamentos (ya caducados o a punto de caducar), ropas, mantas y juguetes".

Según dijeron los organizadores de la flotilla antes de zarpar, en los seis barcos había 10.000 toneladas de ayuda. En ninguno de los barcos, afirmó la portavoz militar, Israel ha encontrado cemento, aluminio u otros productos que el Ejército israelí considera de doble uso, es decir, que pueden ser empleados para fabricar cohetes. Estos materiales entran en la franja en pequeñas cantidades -unas 9.000 toneladas anuales según datos de 2009, facilitados por la portavoz- y su acceso es controlado estrictamente por Israel.

Organizaciones internacionales alegan que la prohibición a la entrada de esos materiales impide la reconstrucción de la franja después de la destructiva ofensiva militar israelí entre diciembre de 2008 y enero de 2009, torpedea el crecimiento económico y condena al hambre a muchos de sus habitantes. Preguntada por Efe acerca de si los navíos serán devueltos a los propietarios, Leibovich se limitó a responder que "ésa es una decisión del gobierno israelí". Nueve activistas resultaron muertos, la mayoría de nacionalidad turca, y decenas fueron heridos en el asalto militar israelí del lunes de la "Flotilla de la Libertad", en aguas internacionales.