La paciencia en Bruselas se ha agotado. La fecha de salida del Reino Unido de la UE, el próximo 29 de marzo, está ya a la vuelta de la esquina y el caos político en Londres sigue siendo total. Ante este panorama, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, volvió a dar un paso al frente y sugirió que si el Reino Unido necesita más tiempo para aclararse, la UE podría concedérselo, siempre y cuando sea una prórroga larga para que el Gobierno británico se repiense la estrategia a seguir y construya un consenso por ahora inexistente.

«Durante mis consultas previas al Consejo Europeo (que se celebrará el 21 y 22 de marzo) pediré a los líderes de los Veintisiete que estén abiertos a una prórroga larga si el Reino Unido la considera necesaria para repensar su estrategia del brexit y construir el consenso en torno a ella», anunció en su cuenta de Twitter sin precisar explícitamente si esas condiciones implican la convocatoria de nuevas elecciones o de un segundo referéndum.

Tusk viajará hoy a La Haya para entrevistarse con el primer ministro holandés, Mark Rutte. La ronda proseguirá el lunes en Berlín, donde se reunirá primero con la cancillera alemana, Angela Merkel, y posteriormente en París con Emmanuel Macron, antes de viajar el martes a Dublín para hacer lo mismo con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. Los ánimos están caldeados. «Mantener la calma y tomar té no es una opción para el brexit. Necesitamos una razón muy clara para un retraso», respondió el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel.

La oferta de Tusk coincide con la votación en el Parlamento británico de la prórroga del Artículo 50 o, lo que es lo mismo, del aplazamiento de la salida de Reino Unido de la UE. La cuestión es por cuánto tiempo y para qué, la pregunta que no dejan de hacerse estos días diplomáticos y dirigentes europeos hartos de una negociación que para algunos se ha convertido en un «psicodrama» televisivo. «La gente está muy harta de estos juegos británicos. Vamos a no perder la esperanza, que se asusten de que va a haber un nuevo giro, pero todo apunta a que es poco probable», teme un alto cargo europeo implicado en las negociaciones.

La primera ministra británica, Theresa May, advirtió este miércoles que si los diputados no terminan apoyando su acuerdo de divorcio, que fue tumbado por aplastante mayoría por segunda vez este pasado martes, se verá obligada a pedir un aplazamiento prolongado del brexit, una opción que los partidarios de un divorcio a cara de perro tampoco quieren ni en pintura.