Un día después de que la resistencia iraquí matara a al menos cinco soldados estadounidenses en dos ataques con explosivos en el triángulo suní , los portavoces militares norteamericanos tuvieron que admitir que un helicóptero de reconocimiento Kiowa con dos tripulantes a bordo se estrelló ayer en el cauce del río Tigris en Mosul, a 390 kilómetros al norte de Bagdad, mientras realizaba una misión de rescate.

Los frecuentes derribos de helicópteros están contribuyendo a engrosar las bajas norteamericanas. El viernes, otro Kiowa cayó al suelo en las cercanías de la ciudad de Qayara, en el norte de Irak. El Ejército de EEUU todavía no ha confirmado si el aparato fue atacado por fuego hostil.

Ayer, los mandos militares norteamericanos lanzaron una operación de rescate con el ánimo de recuperar al piloto y al copiloto con vida. El Kiowa realizaba un vuelo de reconocimiento para intentar hallar una patrulla fluvial, integrada por dos policías iraquís y un traductor, que había desaparecido. Se sospecha que todos ellos han muerto.

En otro incidente, un soldado de EEUU perdió ayer la vida en un ataque con lanzagranadas contra el vehículo en el que viajaba al norte de Bagdad.