La explosión ayer de tres bombas en Bagdad casi acaban con la vida del embajador de Polonia en Irak, Edward Pietrzyk. El atentado mató a uno de sus guardaespaldas y a dos civiles. Otras 11 personas resultaron heridas. Pese al ataque, el Gobierno de Varsovia dijo ayer que sus tropas seguirán desplegadas allí. El atentado se produjo cerca de la residencia del embajador. Las bombas estallaron al paso del convoy en el que viajaba Pietrzyk.

El alto mando estadounidense, entre tanto, aseguró ayer tener en su poder una lista con los nombres de unos 500 militantes de Al Qaeda listos para combatir en Irak, y que proceden de los países del Magreb, de Oriente Próximo y de Europa, en concreto de Bélgica, Francia y el Reino Unido.