Los Hermanos Musulamanes ha urgido este viernes a la oposición egipcia a que cese las protestas en las inmediaciones del palacio presidencial porque degeneran en "violencia, vandalismo y anarquía".

En un comunicado, la formación suní apela a la oposición a que, "en aras de sus responsabilidad nacional y sentido común", retiren a sus manifestantes de las zonas aledañas al palacio presidencial.

Varios asistentes a la protesta han lanzado cócteles molotov al interior del recinto, originándose pequeños incendios. Las fuerzas de seguridad han dispersado con gases lacrimógenos y chorros de agua a presión a las miles personas que se han agolpado en las inmediaciones del palacio donde vive Mohamed Mursi. Por el momento, una persona ha muerto y medio centenar ha resultado herida.

"Mientras las manifestaciones pierden su naturaleza pacífica en forma y sustancia, ya no es suficiente que los líderes de la oposición miren y condenen. Es momento de que actúen sobre el terreno y paren de dar cobertura política a los actos de violencia y rebeldía que todos renegamos", sostienen los Hermanos Musulmanes, cuyo brazo político, el Partido Libertad y Justicia (FJP), gobierna en Egipto.

Nota del presidente

En similares términos se ha pronunciado el gabinete del presidente Mursi, que en una nota ha deplorado las "prácticas anarquistas" acontecidas en las protestas frente al palacio presidencial. Lamenta que las protestas "pacíficas" se hayan desvirtuado en intentos de "asalto" al recinto residencial.

Los miles de manifestantes han cantado eslóganes como 'El pueblo quiere la caída del régimen' y 'Mursi, hoy es tu último día'. Miles de egipcios han secundado este llamamiento y han salido a las calles de varias ciudades de Egipto para volver a pedir la dimisión del presidente, en un jornada de protestas que la disidencia ha englobado bajo la denominación de 'Viernes de la Liberación'.

Las movilizaciones se han intensificado desde el pasado 25 de enero, especialmente en las ciudades de Port Said, Ismailia y Suez, donde se han registrado violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad coincidiendo con el segundo aniversario de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak.

Mursi decretó el estado de emergencia en esas tres ciudades e impuso un toque de queda para tratar de contener la violencia. Más de medio centenar de personas han perdido la vida en todo el país durante los últimos nueve días.