La crisis del coronavirus aproxima el «momento Pearl Harbor» invocado por las autoridades sanitarias de EEUU, pero algunos dirigentes del país siguen sin estar a la altura del desafío. Y es que mientras legiones de familias velaban a los suyos en la distancia, decenas de miles de personas se veían obligadas a hacer cola frente a los colegios electorales de Wisconsin para no perder su derecho al voto en las primarias demócratas y otras elecciones locales. Un gesto de heroísmo democrático ante la insensata temeridad de sus dirigentes.

Las primarias de Wisconsin son las primeras que se celebran desde el 17 de marzo, cuando el duelo por la nominación demócrata entre Joe Biden y Bernie Sanders quedó congelado por la irrupción del coronavirus. Hasta 15 estados han pospuesto sus comicios hasta los meses de mayo o junio o los han reconvertido para que se vote exclusivamente por correo. Eso mismo quiso hacer el gobernador demócrata de Wisconsin, pero se encontró con la oposición de la mayoría republicana en el parlamento regional y de la principal instancia judicial del estado. «Cuando se levanten, miles de ciudadanos tendrán que elegir entre ejercer su derecho al voto o preservar la salud», dijo el gobernador Tony Evers después de que el Tribunal Supremo del estado fallara en su contra.

El empecinamiento de los conservadores, con mayoría en el Supremo, obligó a celebrar las primarias en condiciones más que insólitas. También respecto al recuento, que no se conocerá hasta el 13 de abril. Wisconsin supera los 2.500 contagios y se acerca al centenar de muertos, con una población de casi seis millones. Hace dos semanas su gobernador cerró todos los negocios no esenciales del estado y vetó las reuniones de más de diez personas.