EN EL DEBATE que se celebró el jueves en Orangesburg (Carolina del Sur), los ocho presidenciables demócratas coincidieron en evitar el cuerpo a cuerpo y enviar sus dardos más envenenados a Bush a cuenta de la guerra de Irak. El acto sirvió a la favorita del partido, Hillary Clinton, para reafirmar su perfil presidencial e institucional. J. C. B.