La senadora Hillary Clinton quiere que el nuevo Departamento de Estado, que liderará a partir del 20 de enero, tenga más poder en la futura Administración de Barack Obama. Clinton quiere disponer de mayor presupuesto y más enviados especiales de alto nivel en zonas de conflicto, y un mayor papel a la hora de abordar los asuntos de la economía internacional en estos momentos de crisis.

Sin duda, se trata de un intento de rescatar el papel de la diplomacia tras largos años relegada a un segundo plano, según el diario The New York Times, que recuerda los años de Colin Powell al frente del Departamento de Estado, cuando el Pentágono, la oficina del vicepresidente, Dick Cheney, e incluso las agencias de espionaje tenían una fuerte influencia en la política exterior de Estados Unidos.

Uno de los mecanismos de la próxima Administración de Obama sería nombrar a varios enviados especiales en un intento de resucitar una práctica de la era de Bill Clinton, cuando Richard Holbrooke, Dennis Ross y otros diplomáticos jugaron un papel central en la mediación de disputas como la crisis de los Balcanes y Oriente Próximo.

La actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ha dirigido personalmente las iniciativas de paz impulsadas por George Bush, pero la Administración de Barack Obama quiere otorgar un papel más preponderante a los diplomáticos de alto nivel.