El lugar elegido para el primer duelo entre Hillary Rodham Clinton y Barack Obama, hasta el momento los dos principales favoritos para ganar la nominación demócrata a la presidencia de EEUU, no podía ser más simbólico: la ciudad de Selma (Alabama), donde en 1965 la policía reprimió con violencia una manifestación a favor de los derechos civiles de los negros. Entonces, el denominado Domingo sangriento marcó un punto de inflexión para acabar con la segregación. Ayer, 42 años después, Hillary --con ayuda de su marido, el expresidente Bill Clinton-- y Obama participaron en la celebración anual con el objetivo de ganarse el apoyo del voto negro en las primarias demócratas.

La calle Martin Luther King de Selma se convirtió en el epicentro de la atención política del país. Allí, en el número 410, se alza la Capilla Brown, de donde salió la marcha de 1965 y donde Obama pronunció su discurso. Al lado, en otra iglesia en el número 709, Hillary intervino casi a la misma hora. Después, los dos candidatos y el expresidente Clinton desfilaron juntos hasta el puente Edmund Pettis, escenario de la brutal represión de la marcha de hace 42 años. "Es por aquellos que se manifestaron aquí que he podido cursar estudios, obtener la titulación en derecho y lograr un escaño en el Senado", dijo Obama.

Dos primeras veces marcaban el interés político y mediático de la conmemoración de Selma: por un lado, las dos estrellas de las primarias demócratas por fin coincidían, tras evitarse en el Capitolio. Por el otro, el expresidente Clinton efectuó su primera demostración pública de apoyo a Hillary. La ocasión merecía la pena: el electorado negro es un fiel caladero de votos para los demócratas (John Kerry se hizo con el 89% de sus votos en el 2004) y asegurarse su fidelidad es básico para cimentar la victoria en las primarias.

Obama fue el primero en anunciar que iría a Selma, invitado por los organizadores de la marcha. Hillary, consciente de que los sondeos indican que su ventaja sobre Obama se reduce, también decidió ir. La entrega de una distinción al expresidente por su labor en pro de los derechos civiles hizo el resto.

MUY POPULAR La teoría que dice que Obama ganará el voto negro por ser negro se tambalea si Bill Clinton entra en escena. Algunas voces críticas con Obama le reprochan no ser "lo suficientemente negro": su madre es blanca, creció en Hawai e Indonesia y él estudió en Columbia y Harvard con las élites blancas.

Hillary, en cambio, es de la generación que se inició políticamente en la lucha por los derechos civiles y cuenta con el legado político de su marido. Aún debe construirse su propia imagen pero su presencia ayer en Selma evidencia que va a luchar por seducir al votante negro.