Irán y Marruecos han vivido momentos de mucha tensión a lo largo de su historia. La primera polémica se desencadenó después de que Teherán reconociera al Frente Polisario y le abriera el camino a la creación de una representación del movimiento independentista en la capital de Irán. La segunda vez que rompieron ambos países relaciones fue en 1979, tras la revolución de Jomeini. La llegada al poder, en 1998, de los socialistas marroquís calmó las aguas y abrió una nueva etapa en las relaciones diplomáticas.