David Laws es el último parlamentario británico que ve su carrera truncada por el mayor escándalo político de los últimos tiempos. La publicación la pasada prima-vera, por el grupo mediático del Telegraph, de las dietas y gastos reclamados por los diputados, provocaron la indignación pública. El resultado ha sido una larga lista de ceses, dimisiones, jubilaciones anticipadas y no pocas devoluciones de cantidades cobradas indebidamente.

Tres parlamentarios laboristas y uno conservador se hayan procesados por contabilidad falsa. La designación de segundas viviendas, la decoración de esas mismas propiedades, el alquiler de alojamientos y las reclamaciones excesivas de tasas locales, fueron algunos de los abusos más comunes que se cometieron.