La igualdad ha dado un paso histórico y de gigante este miércoles en Estados Unidos. El Tribunal Supremo ha declarado inconstitucional una parte de la ley de defensa del matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés), que desde 1996 ha negado a los matrimonios gais prestaciones federales igualitarias a las de los matrimonios heterosexuales.

Poco después, el alto Tribunal también ha reinstaurado las bodas gais en California, un estado donde los matrimonios homosexuales legalizados fueron vetados posteriormente por votación popular en un referendo y donde a partir de hoy podrán volver a celebrarse legalmente, sumándose a otros 12 estados y el Distrito de Columbia.

La decisión respecto a California, muy importante para los ciudadanos del estado, es resultado de una decisión técnica (el Supremo asegura que el caso nunca debería haberles llegado y lo que hace es reinstaurar la decisión de un tribunal inferior). La decisión que respecta a la DOMA, en cambio, tiene más relevancia, pues representa un pronunciamiento del Alto Tribunal sobre la inconstitucionalidad de la disciminación.

Cinco de los nueve jueces han aprobado una decisión que denuncia que la DOMA trataba con “menos respeto” a los matrimonios homosexuales que a los heterosexuales. Esa ley, aprobada en 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton y que la Administración de Barack Obama dejó de defender en los tribunales, establecía el matrimonio como una unión entre hombre y mujer a la hora de dar prestaciones de hasta 1000 agencias y programas federales. A partir de hoy, se equiparan esas prestaciones, desde tratamiento fiscal hasta prestaciones de la seguridad social o, por ejemplo, estatus de inmigración del cónyuge si es extranjero.

El caso que ha acabado en la histórica decisión se originó en el 2009, cuando murió Thea Clara Spyer, una mujer que se había casado en Canadá en el 2007con Edith Windsor, una programadora de IBM. Tras la muerte de Spyer, Windsor se vio obligada a pagar 360.000 dólares en impuestos por la herencia de Spyer, algo que no habría sucedido si se hubiera tratado de un matrimonio heterosexual. Tras ese suceso, Windsor logró que el Supremo estadounidense reabriese el debate sobre los derechos de los matrimonios homosexuales.

El caso que ha acabado en la histórica decisión se originó en 2009, cuando murió Thea Clara Spyer, una mujer que se había casado en Canadá en 2007 con Edith Windsor. La viuda se vio obligada a pagar 360.000 dólares en impuestos por la herencia de Spyer, algo que no habría sucedido si se hubiera tratado de un matrimonio heterosexual. Llevó la ley a los tribunales. Y hoy, a los 83 años, ha sellado una victoria para la igualdad.

El impacto de las decisiones del Supremo, especialmente la de declarar inconstitucional la DOMA, coinciden con el giro social que se ha producido en los últimos años en EEUU, donde una mayoría social ahora apoya el tratamiento igualitario de las parejas gays y las heterosexuales. Obama es el primer presidente de EEUU en activo que ha declarado públicamente su respaldo a que las parejas del mismo sexo puedan casarse.