En medio de un agrio debate sobre el derecho a la intimidad, todo aquel pasajero que viaje a EEUU desde el aeropuerto holandés de Schipol deberá pasar por un escáner corporal, un sistema de control exhaustivo que permite ver detalles tan íntimos como genitales, prótesis o cualquier tipo de implante. El Parlamento Europeo ha rechazado autorizar el uso en los aeropuertos de la UE de los escáneres que desnudan a los pasajeros al considerar que no se había valorado su efecto en los derechos fundamentales ni sus riesgos para la salud.