Un grupo de hombres con uniforme militar mató ayer a tiros a al menos 25 personas y dejó heridas a otras 60 en un desfile militar en la localidad de Ahvaz, en el suroeste de Irán. El movimiento opositor árabe iraní Resistencia Nacional Ahvaz y el Estado Islámico (EI) reivindicaron el ataque.

La televisión estatal iraní apuntó hacia «combatientes musulmanes sunís» como autores del atentado. Ahvaz se encuentra en la provincia del Juzestán, rica en petróleo, donde se han producido protestas esporádicas de la minoría árabe suní de Irán, un país de gran mayoría chií.

Los autores del tiroteo murieron por disparos de miembros de las fuerzas de seguridad iranís, según declaró a la agencia IRNA el general de brigada Abulfazl Shekarchi, portavoz de las fuerzas armadas iranís. Los atacantes «no eran de Daesh (Estado Islámico) ni de otros grupos que luchan contra el sistema islámico (de Irán), tenían vínculos con América y con el Mosad (agencia de espionaje exterior de Israel)», señaló Shekarchi a la agencia IRNA.

La televisión iraní informó de que el atentado tenía como objetivo la tribuna de las autoridades reunidas para presenciar el desfile anual que conmemora el inicio de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988).

La mitad de las víctimas son civiles, entre ellos mujeres y niños, y el resto, miembros de la Guardia de la Revolución, la fuerza militar más poderosa de Irán, paladín del régimen de los ayatolás desde la Revolución Islámica de 1979.

El hombre fuerte del régimen iraní, el ayatolá Alí Jamenei, denunció «una conspiración de los regímenes respaldados por EEUU en la región», mientras que el presidente del país, Hasan Rohaní, afirmó que «la respuesta de Irán a la mínima amenaza será aplastante». El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, responsabilizó del ataque a «un régimen extranjero» patrocinado por EEUU, y el portavoz de los Guardianes de la Revolución, Ramazan Sharif, acusó a Arabia Saudí de financiar a grupos extremistas.