A sus 75 años, el nuevo aunque viejo presidente de laRepública de Brasil, Michel Temer, reunió este viernes el equipo ministerial más blanco, más conservador y más masculino desde elgolpe de estado de 1964. La composición de su gabinete de 23 ministros no ha dejado a nadie indeferente. De hecho, la foto de la primera reunión del gobierno Temer no podía ser más elocuente: ni una sola mujer y ni un solo afrodescendiente en el país con el mayor porcentaje de población negra fuera de África. El único color de la reunión lo aportaron las corbatas de los ministros.

La presencia de un pastor evangélico de la polémica Asamblea de Dios, como nuevo ministro de Trabajo, o de un coronel simpatizante de la dictadura militar, como jefe del gabinete de Seguridad Institucional, dan clara muestra del talante rancio que ha adquirido la nueva política brasileña. "En cinco horas de Gobierno hemos retrocedido un par de décadas", denunció en Facebook el popular aspirante a la alcaldía de Río de Janeiro, Marcelo Freixo. Para colmo de las contradicciones, el presidente amante de la poesía eliminó de un plumazo el Ministerio de Cultura.

Pero la cosa apenas acaba de comenzar. En su primera entrevista televisiva, la estrella del nuevo Ejecutivo y nuevo ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, dejó claro que la receta para sacar a Brasil de la crisis será reducir gastos, reformar las pensiones y reducir el salario mínimo. “Sí, debemos cortar gastos y cortaremos privilegios de aquellos que no los necesitan”, sentenció el que fuera expresidente del Banco Central en los gobiernos del expresidente Lula da Silva de 2003 a 2010.

A pesar de que garantizó que los programas sociales que sacaron de la miseria a 36 millones de personas no acabarán, dejó claro que serán "optimizados". Y la cosa no acaba aquí, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, José Serra, promete emociones fuertes en lo próximos meses. Célebre miembro del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), la derecha neoliberal brasileña a pesar de su nombre, protagonizó una amarga polémica en 2010 al acusar a Evo Morales de ser "cómplice" del tráfico de cocaína. “La cocaina viene en un 80-90% de Bolivia que es un gobierno amigo ¿Usted cree que habría esa exportación sin que el Gobierno de allí no fuese complice? Imposible”, espetó.

OFENSIVA SOBRE MERCOSUR

Además, en junio del año pasado Serra exigió a Mercosur la aplicación de la cláusula democrática contra el Gobierno de Nicolás Maduro tras la expedición frustrada de senadores al país caribeño. Un asunto espinoso en el que el presidente argentino Mauricio Macri está deseando entrar lo antes posible. De hecho, Maduro es el principal escollo para que Mercosur cierre su acuerdo comercial con la Unión Europea que podría sacar al bloque sudamericano del atasco comercial.

Pero la nube más negra sobre el gobierno Temer sigue siendo la corrupción. Al menos tres ministros y dos secretarios de su gabinete están siendo investigados por corrupción relacionada con elescándalo en Petrobras. Un asunto sobre el que la Corte Suprema deberá tomar cartas ya que al asumir como ministros la inmunidad les ampara a partir de ahora. Habrá que ver si el tribunal decide aplicar la misma vara de medir por la que el expresidente Lula fue impedido de asumir el cargo de ministro de Presidencia.

Una posibilidad remota que, sin embargo, podría ser aplicada por la Justicia Federal con los que hasta ayer eran ministros y con el propio Lula. El juez Sérgio Moro tiene desde este viernes vía libre para acabar con el líder histórico del Partido de los Trabajadores, la única amenaza real junto a la presidenta Dilma Rousseff al gobierno Temer. Mientras tanto, la primera mujer presidente de Brasil, y la primera apartada, se refugia con su familia en Porto Alegre a sabiendas de que su guerra por el mandato acaba de comenzar.