La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) denunció hoy en su informe anual la intensificación de los ataques que los defensores de los Derechos Humanos sufrieron en África durante el 2009. HRW destaca los casos de Eritrea, un régimen "tan abusivo que hace imposible la presencia de un movimiento en favor de los Derechos Humanos", de Kenia, "donde en 2009 activistas fueron asesinados por su trabajo", y de Somalia, "que vive una de las peores catástrofes humanitarias del mundo". "Estos ataques se pueden consideran un perverso tributo a la importancia del movimiento por los Derechos Humanos, pero eso no reduce su peligro", se lamenta Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW.

En concreto, el informe denuncia la impunidad de los responsables de la violencia post electoral de 2008 en Kenia, que dejó unos 1.300 muertos y más de 300.000 personas desplazadas, así como "los asesinatos extrajudiciales y el uso excesivo de la fuerza por la policía y el ejército". Sobre Somalia, HRW afirma que la capital, Mogadiscio, se encuentra en "un estado anárquico en el que todas las partes están implicadas en crímenes de guerra y otros abusos de los Derechos Humanos".

Además, señala el informe, gran parte del resto del país está controlado por grupos islamistas que imponen "una aplicación abusiva de la ley islámica y fuerzan a civiles, niños incluidos, a luchar en las milicias". De Eritrea, HRW señala que "arrestos y detenciones arbitrarias, tortura, asesinatos extra-judiciales, severas restricciones de las libertades de expresión y el trabajo forzoso son una rutina".

En Etiopía, donde este año se van a celebrar elecciones generales, el respeto a los Derechos Humanos "se fue deteriorando durante 2009, cuando el comportamiento del Gobierno ha evitado la formación de una oposición organizada en gran parte del país". HRW afirmó también que "los gobiernos que se consideran a sí mismos defensores de los Derechos Humanos suelen mantener silencio ante los abusos de sus aliados, citando prioridades diplomáticas o económicas, pero ese silencio los convierte en cómplices del abuso".