La llamada "guerra gaucha" entre el Gobierno y el campo argentino amenazaba ayer con eternizarse. Después de un día de intensas protestas y cese de actividades económicas en el interior del país, los grandes y pequeños productores agropecuarios decidieron extender hasta el próximo lunes su medida de fuerza. Serán seis días durante los cuales no comercializarán cereales, mantendrán carreteras cortadas y realizarán nuevas movilizaciones.

Los huelguistas decidieron ayer, no obstante, vender carne para no dejar a las grandes ciudades sin su alimento básico y ponerse a las clases medias urbanas en contra.

Los productores exigen que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner archive por completo el impuesto a la exportación de soja, conocido como "retenciones" y deje de hacerle leves correcciones.