El conflicto desencadenado por la contratación de trabajadores extranjeros en la refinería inglesa de Lindsey, de la compañía Total, parecía anoche en vías de solución. Los sindicatos anunciaron un preacuerdo, que deberá ser sometido hoy a votación entre los trabajadores en paro.

La nueva oferta contempla 102 nuevos empleos en la planta de refinado de Lincolnshire, reservados a los operarios británicos, con una duración mínima de nueve semanas. El compromiso no afectaría a los 200 italianos y portugueses que ya estaban contratados y mantendrán sus empleos. Los sindicatos han recomendado a los huelguistas que den por terminadas las protestas en el país.

El Gobierno estudia, según The Independent, restringir la entrada de inmigrantes cualificados, de fuera de la UE, para ayudar a los graduados universitarios británicos.