Tras la jornada de manifestaciones reprimidas el domingo Minsk, capital bielorrusa, la opositora Svetlana Tijanóvskaya, exiliada en Lituania, ha hecho un llamamiento al seguimiento de una jornada de huelga general contra el poder este lunes. Bielorrusia es escenario de protestas sin precedentes desde la reelección considerada fraudulenta del actual presidente, Alexander Lukashenko, el 9 de agosto. El presidente se mantiene en el poder desde 1994 al frente de un modelo que muchos consideran inspirado en el sistema soviético.

Tijanóvskaya había dado al presidente hasta el 24 de octubre para que se retirara voluntariamente bajo la amenaza de convocar una gigantesca manifestación y una huelga general. El domingo, más de 100.000 personas llenaron las calles de Minsk para expresar su rechazo al Gobierno de Lukashenko pero la protesta derivó otra vez en represión policial.

En respuesta, la jefa de la oposición llamó a un día de paro general en el país. "El régimen volvió a mostrar hoy a los bielorrusos que la violencia es lo único de lo que es capaz. () Por este motivo, mañana, 26 de octubre, empezará una huelga nacional" afirmó Tijanóvskaya en su canal de la aplicación de mensajería móvil Telegram.

La militante ha instado a sus compatriotas a mostrar este lunes que "nadie va a trabajar" para el régimen de Lukashenko y ha afirmado en Telegram que "desde esta mañana, empleados de empresas y fábricas públicas, del sector de transportes, los mineros, profesores y estudiantes empezaron a hacer huelga". Una portavoz del primer ministro indicó en Facebook que las empresas del país funcionan normalmente.

REPRESIÓN POLICIAL

Desde las elecciones, las protestas han dejado al menos tres muertos y decenas de heridos. Durante las manifestaciones del domingo, las fuerzas de seguridad lanzaron granadas de dispersión y efectuaron numerosos arrestos, según los canales de Telegram de la oposición, en los que se publicaron imágenes de pánico de los manifestantes que huían de la primera línea de la marcha. Como en las manifestaciones precedentes, las estaciones de metro del centro fueron cerradas para disuadir a la gente congregada. Además, el internet móvil quedó limitado. Las autoridades han amenazado este mes con disparar con balas reales para dispersar a los manifestantes, si "ello fuera necesario".

LLAMAMIENTO A ELECCIONES

Prácticamente todos los domingos, decenas de miles de bielorrusos toman las calles de la capital y otras ciudades del interior a pesar de las amenazas de las autoridades. Tijanóvskaya reivindica su victoria y pide nuevas elecciones, a la vez que reclama el fin de las presiones policiales y la liberación de todos los presos políticos.

La opositora tiene el apoyo pleno de la UE, que no ha reconocido los resultados de las elecciones de agosto, y de dirigentes como la alemana Angela Merkel o el francés Emmanuel Macron. Rusia -aliada de Bielorrusia- y el ejecutivo de Lukashenko denuncian un complot occidental.