La Cumbre Iberoamericana concluyó con la aprobación del Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo, un documento que pretende ser un fuerte compromiso con los inmigrantes, que reconoce su aportación al crecimiento y a la economía de los países de acogida, y que deber servir de base para un enfoque compartido del fenómeno migratorio. La cumbre, además, aprobó otro texto de condena al muro que EEUU pretende levantar en la frontera con México por considerar que incita a la "discriminación y a la xenofobia".

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió en rueda de prensa la regularización de inmigrantes en el 2005, pese a las críticas de la Unión Europea, y se mostró orgulloso de que los más de un millón de latinoamericanos residentes en España hayan "agradecido" la medida. Zapatero señaló que su posición es "firme" y tiene tres ejes: la cooperación con los países emisores, la legalidad y los derechos de los inmigrantes. El jefe del Ejecutivo celebró como un éxito que se vincule por primera vez la migración al desarrollo, porque ambos conceptos son las "dos caras de la misma moneda".

EL PAPEL DEL MONARCA Ni "facilitador" ni "mediador". El papel del Rey en el conflicto de las papeleras entre Argentina y Uruguay (enfrentados por la instalación de plantas de celulosa en la orilla uruguaya del Río de la Plata) será el de "impulsor del diálogo", precisó Rodríguez Zapatero. A la pregunta de si la misión supone un riesgo para el prestigio del Rey, por si fracasara, Zapatero replicó que el motivo por el que recurrieron al Rey es por su prestigio.