En Portugal, el peso de la Iglesia católica sigue siendo muy fuerte. El cura de la parroquia es a menudo el consejero de las familias y su mensaje sobre "la defensa de la vida" ha sido escuchado. La Iglesia ha hecho campaña a través de sus 4.400 parroquias para "iluminar las conciencias" contra lo que sus responsables consideran "una variante de la pena de muerte". En Setubal, a 50 kilómetros de Lisboa, en las cunas de los recién nacidos de dos hospitales dirigidos por religiosos, apareció una carta imaginaria en la que un feto plantea a su madre: "Mamá, ¿cómo has sido capaz de matarme?". La carta provocó protestas de varios padres. Mientras, el responsable de los hospitales, el sacerdote, Manuel Vieira, dijo que "la Iglesia tiene la obligación de informar".