La Iglesia católica irrumpió ayer por sorpresa en la precampaña electoral británica. El cardenal Cormac Murphy-O´Connor, primado de los católicos en Inglaterra y Gales, ha pedido el respaldo de los feligreses al plan del líder conservador, Michael Howard, quien aboga por reducir de 24 a 20 semanas el plazo legal del aborto.

Tradicionalmente, los seis millones de católicos británicos votan a los laboristas en las elecciones generales, pero el cardenal ha marcado en esta ocasión sus distancias con el partido de Tony Blair. "En el pasado, ha imperado la idea de que los católicos apoyaban a los laboristas porque pertenecían a la clase obrera. No estoy seguro de que eso sea válido hoy", afirma el prelado en una carta pastoral.

Blair ha dejado claro que no tiene intención de cambiar la actual legislación. "Por mucho que disguste la idea del aborto, no se puede criminalizar a las mujeres, que en circunstancias muy difíciles, hacen esa elección", ha declarado el primer ministro a la revista Cosmopolitan , que ha consultado a los tres principales candidatos sobre el problema.