Por vez primera desde la caída del telón de acero, la Iglesia católica polaca se aviene a mostrar a la luz pública secretos inconfesables sobre las relaciones pasadas de algunos de sus miembros con la policía secreta comunista. Un primer informe, elaborado por el arzobispado de Cracovia y titulado La Iglesia católica en la época de la dictadura comunista; entre heroísmo y colaboración , que ayer se presentó de forma discreta, revela algunos detalles de la colaboración de sacerdotes y jerarcas eclesiásticos con los servicios secretos comunistas (SB) en la ciudad natal del difunto Juan Pablo II.

Las dádivas que recibían los sacerdotes y demás religiosos que ayudaban a la SB eran objetos y productos de casi imposible obtención bajo la penuria comunista. Pequeñas sumas de dinero, productos de primera necesidad pero escasa entidad, como café, coñac y medicamentos para la diabetes. En alguna ocasión, el topo que aceptó espiar a sus compañeros consiguió una moto Jawa , según el documento de 450 páginas. Entre los sobornos entregados también hay regalos sorprendentes, como 100 litros de gasolina.

"Se trata del primer informe de este tipo en Polonia", explicó el portavoz del arzobispado de Cracovia, el padre Robert Necek. "Hay casos positivos, sacerdotes que se han mantenido íntegros, y casos de pecadores, sacerdotes que faltaron a su vocación; entre estos últimos hay un miembro de la curia de Cracovia, fallecido, y tres sacerdotes vivos, uno de los cuales ya ha dimitido", aclaró el portavoz.

El documento presta especial atención a la trayectoria del padre Mieczyslaw Satory, que espió para los servicios secretos durante tres décadas, hasta su muerte en 1980. Satory fue enrolado por la SB poco después del final de la segunda guerra mundial, y se convirtió en un preciado agente secreto, que vivía en el mismo edificio en el que residía quien luego llegaría a ser la cabeza de la Iglesia católica, Karol Wojtyla.

Su tarea era proporcionar informaciones detalladas sobre los apartamentos del futuro Pontífice e indicar el lugar ideal para que agentes del SB le observaran. Satory informó de las entradas y salidas de Wojtyla.

La publicación de este informe de la Iglesia de Polonia sobre el colaboracionismo entre sus propias filas con el régimen comunista sucede apenas un mes después de la dimisión del arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, un hecho que provocó una profunda crisis en el catolicismo polaco.

Al igual que la polaca, las iglesias católicas de la República Checa y Eslovaquia han decidido por primera vez llevar a cabo una investigación para comprobar el pasado de sacerdotes y dignatarios, uno por uno, en la época comunista.