El terremoto político que ha causado en Israel la acusación formal de la Fiscalía del Estado contra el primer ministro en funciones, Binyamin Netanyahu, por fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción ha empezado a provocar efectos.

Partidos de la oposición israelí pidieron ayer la dimisión de Netanyahu, aunque según la ley, no tiene obligación de abandonar su cargo. Y en el seno de su formación, el Likud, empezó el ruido de sables. Mientras unos sectores cerraron filas en torno al que ha sido figura troncal del partido desde los 90, otros mantuvieron silencio o sugirieron que dé un paso al lado.

Uno de sus principales rivales internos, Gideon Saar, señaló que si Israel tiene que convocar unas terceras elecciones, exigirá que se celebren primarias y desafiará a Netanyahu.

El Partido Laborista y el Movimiento por un Gobierno de Calidad solicitarán al Tribunal Supremo que fuerce a Netanyahu a dimitir, y se espera que a esta petición se sumen más fuerzas.

Aunque la ley permite al primer ministro seguir en su cargo acusado formalmente hasta que se le declare culpable, esta norma nunca se ha puesto en práctica, ya que Netanyahu es el primer mandatario de Israel que se enfrenta a estas acusaciones.

Pero el líder del Likud, partido mayoritario de la derecha israelí, tendrá que abandonar las cuatro carteras ministeriales que encabeza -Asuntos Sociales, Sanidad, Agricultura y Asuntos de la Diáspora-, ya que los ministros no quedan protegidos por la ley si son acusados formalmente. Así se lo ha exigido a la Fiscalía del Estado la coalición de centro-derecha Azul y Blanco, cuyo líder, Benny Gantz, rechaza formar un gobierno de unidad con Netanyahu «bajo estas circunstancias».

Aunque tanto Gantz como Netanyahu fracasaron en su intento de formar un ejecutivo, ahora, cualquier diputado de la Kneset (Parlamento israelí) puede tratar de obtener una mayoría de apoyos para lograrlo durante un período de 21 días que empezó ayer.

El primer ministro dejó claro ayer, también en Facebook, que aceptará las decisiones de los tribunales, pero insistió en minar la legitimidad de las investigaciones. «Siempre actuaremos dentro de los márgenes de la ley, pero esto significa que hay que investigar a aquellos que no lo han hecho en la policía y la oficina del fiscal general», sentenció Netanyahu.