Dos días después de que el incendio de una discoteca de Rhode Island que dejó 96 muertos y al menos 187 heridos entrara en la historia de la tragedia en Estados Unidos, dos interrogantes siguen abiertos. Uno, doloroso para los familiares de las víctimas, es la identidad de los fallecidos, de los que ayer sólo nueve habían sido identificados.

Otro es quién será considerado responsable del accidente. Tanto los abogados de la banda que ofrecía el concierto como los de los dueños del local The Station siguen inmersos en un cruce de acusaciones sobre el uso de la pirotecnia que provocó el incendio.