Un incendio forestal en el norte de California, ha devastado ya más de 60.000 hectáreas. Se trata de uno de los más extensos en la historia de este estado norteamericano y actualmente amenaza la integridad del parque nacional Yosemite, así como el suministro de agua y energía de la ciudad de San Francisco, según han informado este lunes las autoridades.

El fuego se originó, por razones que todavía se desconocen, el pasado 17 de agosto en el bosque Nacional Stanislaus, y desde entonces se ha propagado de forma incontrolada ayudado por la sequedad del aire y las rachas de viento por un área escarpada y de difícil acceso para los equipos de extinción.

Más de 3.600 bomberos forman parte del dispositivo que trabaja para frenar el avance de las llamas, según el último parte del Servicio Forestal de EEUU, que únicamente da por contenido un 15% del frente del incendio que ha causado ya dos heridos y ha destruido 23 edificaciones.

Los esfuerzos de los retenes se centran en proteger el parque de Yosemite, del que ha ardido un 2% y en conservar varios ejemplares de sequoias gigantes que se encuentran en la trayectoria del fuego.

Las autoridades han tomado medidas igualmente para asegurar el suministro de agua potable de San Francisco que llega de la reserva Hetch Hetchy, desde la que se están realizando trasvases a otros embalses para evitar que se enturbie el agua con cenizas.

La reserva sirve también para la generación de energía hidroeléctrica, que también podría verse afectada por las llamas por lo que el gobernador de California Jerry Brown, declaró el estado de emergencia para la ciudad con el fin de que se habiliten los fondos necesarios para comprar energía si fuera necesario.

La ciudad de San Francisco, a unos 310 kilómetros al este de la zona incendiada, ha debido cerrar dos de sus tres plantas hidroeléctricas, cercanas al incendio y cuyos embalses suministran casi el 85 por ciento del agua para la urbe.

Según ha informado el Gobierno federal, 4.500 edificaciones se encuentran amenazadas por el fuego y se ha recomendado la evacuación de varias localidades.

El presidente Barack Obama se ha comprometido a poner a disposición de California todos los recursos federales necesarios para sofocar el incendio.