Los incendios en Portugal subieron hoy hasta los 34, catorce de ellos considerados graves, y las llamas continuaban cercando el parque natural de Peneda-Gerés (norte), informó la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) lusa. Después de dos días de cierta calma, los fuegos recuperaron la violencia de la semana anterior y se detectaron algunos de grandes dimensiones, como el localizado en el municipio de Castro Daire, en el distrito norteño de Viseu. En este incendio, que forzó a las autoridades municipales a activar su plan municipal de emergencia, era combatido por 257 profesionales, 67 vehículos y seis medios aéreos, ya que mantenía varias frentes activas.

A pesar del descenso de las temperaturas, el viento se convirtió en el principal enemigo de los bomberos y provocó que las llamas se acercasen a algunas viviendas. En Peneda-Gerés, área fronteriza con Galicia, el incendio de Arcos de Valdevez, en el distrito de Viana do Castelo, sigue consumiendo área forestal desde hace seis días y, según la ANPC, se empleaban allí 175 efectivos y tres helicópteros. En otro fuego en el parque, el de Faifao, en el municipio de Montalegre, trabajaban ocho efectivos y dos vehículos para que las llamas no avanzasen hacia el "Bosque del Cabril", joya medioambiental cuya superficie ya fue afectada por algún incendio.

El parque natural de Serra da Estrela, próximo a la región española de Castilla y León, fue otro de los pulmones de Portugal cercado por los incendios. En Gouveia, distrito de Guarda, el fuego que ardió esta madrugada logró ser controlado después de que la zona fuese severamente azotada por los fuegos la última semana. La oleada de incendios en el país, cuyo mayor pico se registró la última semana, ha provocado la evacuación temporal de aldeas; el corte de carreteras y líneas ferroviarias, así como la muerte de tres bomberos.

Las últimas estimaciones elevaban la superficie quemada durante este año en Portugal a más 74.000 hectáreas, de las que unas 58.000 correspondieron al presente mes de agosto, y cálculos oficiales han tasado pérdidas al país de unos 210 millones de euros. Los fuegos estivales, atribuidos en un 97 por ciento a la acción del hombre, han provocado la detención durante este año de veinte sospechosos por provocar incendios en el país.