La mayor de las incertidumbres rodea la suerte de los tres japoneses que siguen secuestrados por el grupo de la resistencia iraquí Brigadas de Muyahidines. Después de que un comunicado emitido por la cadena Al Jazira generara esperanzas de que iban a ser liberados, un mediador que se entrevistó con los secuestradores echó un jarro de agua fría y dijo que los captores tenían la intención de ejecutar a uno de los rehenes la madrugada de hoy.

Quien sí tuvo buenas noticias fue Londres. Un contratista británico secuestrado el pasado lunes fue entregado a la coalición. La cadena qatarí emitió una entrevista con Muzhir al Duleimi, dirigente de la Liga de Defensa de los Derechos del Pueblo Iraquí, en la que éste afirmó que había intentado en vano la liberación de los japoneses. "Exigen que el Gobierno nipón se disculpe ante el pueblo iraquí y retire sus tropas", dijo Al Duleimi, quien añadió que en un plazo de 24 horas (que finalizó a la una de la madrugada de hoy, hora española) los insurgentes planeaban ejecutar a uno de los rehenes. Los otros dos serían ejecutados 12 horas después.

NUEVA CONDICION Al repliegue de las tropas japonesas, los insurgentes añadieron una nueva condición para liberar a los rehenes: que el viceministro japonés de Exteriores, Ichiro Aisawa, visite Faluya para ver con sus propios ojos la destrucción que las tropas estadounidenses han llevado a cabo en la ciudad. Desde Ammán, Aisawa y la embajada japonesa se limitaron a comentar que no tienen constancia de ningún nuevo plazo de la misma forma que nunca recibieron informaciones fiables de que los rehenes iban a ser liberados.

El administrador general de EEUU, Paul Bremer, admitió ayer en una entrevista a la cadena estadounidense Fox que las fuerzas ocupantes no saben a ciencia cierta cuántos extranjeros han sido secuestrados. Bremer insistió en que EEUU no negociará con rehenes encima de la mesa.

Por otro lado, un portavoz del clérigo rebelde al Sadr negó ayer cualquier implicación en el secuestro de un canadiense de origen sirio.