Poco más de una semana después de los atentados que dejaron 188 muertos en Bombay, la India ha declarado la alerta en sus principales aeropuertos, al hilo de informaciones sobre posibles ataques que podrían incluir el secuestro de aviones. La alerta afecta principalmente a los aeródromos de Nueva Delhi, Bangalore y Chennai (antigua Madrás). En el aeropuerto de la capital se veía ayer una fuerte presencia de efectivos paramilitares y de la policía, mientras los pasajeros y sus equipajes eran sometidos a exhaustivos controles.

El comandante de las Fuerzas Aéreas indias, Fali Homi, confirmó que el Gobierno ha recibido una "advertencia" sobre atentados en los aeropuertos. Según las televisiones locales, las agencias de seguridad analizan la posibilidad de que terroristas procedentes de Pakistán o Afganistán intenten secuestrar aviones para lanzar un ataque en la línea de los del 11-S en EEUU. La advertencia vino por correo electrónico y fue enviada desde Lahore, ciudad paquistaní. En la misiva, firmada por los Muyahidines del Decán-- se incluía la amenaza de un atentado entre el 3 y 7 de este mes.

El refuerzo de la seguridad coincide con un aniversario sensible en la India: el sábado se cumplen 16 años de la demolición de una antigua mezquita en Ayodhya por parte de radicales hindús. Aquel suceso provocó una ola de violencia religiosa que se cobró más de un millar de vidas, y las autoridades temen nuevos ataques de extremistas coincidiendo con la fecha.

CRISIS POLITICA A la tensión por las amenazas se suma la difícil situación que la India vive con Pakistán. De este país procedían, según Nueva Delhi, los terroristas causantes de la masacre. Islamabad reclama pruebas, pero ayer suavizó el tono. El primer ministro, Yusuf Raza Guilani, insistió en que si la India presenta pruebas de la implicación de paquistanís en la matanza, su Gobierno actuará contra ellos.