El Gobierno indio propuso ayer en el Parlamento la derogación del artículo 370 de la Constitución, que otorga un estatus especial a Cachemira y Jammu, lo que podría desencadenar una tormenta política y social en la región, la más militarizada del mundo y foco de polémica con el vecino Pakistán. El Ejecutivo de Narendra Modi dio por «hecho consumado» la derogación de la autonomía. «Es solo una formalidad», indicó una fuente gubernamental que pidió mantener el anonimato

El ministro del Interior, Amit Shah, se dirigió al Parlamento para anunciar la intención de derogar el artículo 370. «Desde el momento en que el presidente da consentimiento [a la ley] y es publicada en la Gaceta oficial, ninguna de las disposiciones del artículo 370 serán aplicables», informó Shah en el Parlamento de manera casi inaudible entre los gritos continuos de la oposición.

El ministro también se refirió a la «reorganización» de la región, dividida en Cachemira y Jammu, convirtiéndolos en «territorios de la unión», lo que otorgaría mayor control al Gobierno central. La posibilidad de que el Ejecutivo del partido nacionalista hindú diera este paso venía especulándose desde el viernes, cuando de manera inesperada las autoridades indias cancelaron en Cachemira una importante peregrinación hindú a una cueva en el Himalaya y pidieron la evacuación de los turistas.

Pakistán condenó «enérgicamente» la decisión de la India y advirtió de que ejercerá todas las opciones posibles para contrarrestar los pasos ilegales». La India y Pakistán se disputan la región de Cachemira desde la partición del subcontinente en 1947. Una región que es escenario desde los años 90 de un movimiento insurgente de tintes separatistas que hasta el momento se ha saldado con la muerte de 70.000 personas.

La propuesta se produjo horas después de que, en previsión de posibles disturbios, las autoridades indias hayan desplegado en los últimos diez días más de 80.000 paramilitares adicionales en esta área altamente militarizada.