El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, anunció hoy que había ordenado suspender la cooperación con Australia en materia militar y de inmigración mientras revisa las relaciones bilaterales por culpa del espionaje.

Yudhoyono señaló en una rueda de prensa celebrada en el palacio presidencial y transmitida por la televisión nacional que aún espera que el primer ministro de Australia, Tony Abbott, le explique por qué sus servicios de inteligencia espiaron su teléfono y el de otros miembros de su Gobierno.

"Me cuesta comprender el porqué lo hicieron ... No estamos en la Guerra Fría", manifestó el mandatario por MetroTV después de destacar la importancia de las relaciones entre ambos países y los problemas que deben afrontar juntos, como el incesante tránsito de emigrantes asiáticos hacia Australia a través del archipiélago indonesio.

El anuncio de Yudhoyono se produce al día siguiente de que Abbott rechazase disculparse por la actuación de sus servicios secretos.

"No creo que haya que esperar que Australia se disculpe por operaciones razonables de obtención de inteligencia, de la misma manera que no espero que otros países o gobiernos se disculpen por las suyas", dijo Abbott.

La información sobre el espionaje la divulgaron el lunes pasado la televisión australiana ABC y el diario "The Guardian Australia" a partir de documentos filtrados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, Edward Snowden, que revelan que los servicios secretos australianos vigilaron el teléfono de Yudhoyono y otros altos funcionarios en agosto de 2009.

Esas informaciones revelaban que Australia intentó grabar una conversación de Yudhoyono pero no duró lo suficiente y que vigiló la actividad telefónica durante al menos 15 días.

El espionaje ocurrió mientras la inteligencia australiana trabajaba de forma estrecha con sus socios indonesios en la persecución del malasio Noordin Mohamed Top, uno de los terroristas más buscados del Sudeste Asiático, de acuerdo con el rotativo "The Australian".

Indonesia es vecino de Australia y un aliado clave en la lucha contra la inmigración ilegal y el terrorismo en la región, al que Camberra destinó más de 500 millones de dólares en ayuda al desarrollo entre 2012 y 2013.