Cifras exageradas para enmascarar el estancamiento, desorganización, profundo desconocimiento de aspectos básicos de la realidad iraquí, decenas de miles de millones de dólares despilfarrados en manos de políticos locales entregados a prácticas mafiosas. Ese es el retrato del estrepitoso fracaso de la gestión de la reconstrucción de Irak por parte del Gobierno de EEUU, según un informe federal al que ha tenido acceso el diario The New York Times .

El texto, elaborado por la Oficina del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Irak, Stuart Bowen, no solo no deja títere con cabeza al analizar lo ocurrido desde la invasión del 2003. También es demoledor cuando mira hacia delante y concluye que EEUU no tiene ni las políticas, ni la capacidad técnica ni la estructura organizativa necesarias para abordar la reconstrucción.

Los 117.000 millones de dólares (88.000 millones de euros) enterrados en los programas de infraestructuras no cubren los daños materiales provocados por la invasión, y el dinero que llega actualmente "se reparte en un sistema controlado por políticos locales y jefes tribales", se dice en el informe, de más de 500 páginas y titulado Duras lecciones: la experiencia de la reconstrucción en Irak .

Otro motivo de lamento es la disolución en el 2004 de las antiguas fuerzas de seguridad iraquís, una decisión que el informe considera clave para la expansión de la violencia. Asimismo, acusa al Pentágono, citando al exsecretario de Estado Colin Powell, de "inventarse" el número de efectivos del Ejército y la policía reconstituidos, "añadiendo 20.000 cada semana", cuando el proceso de reclutamiento se estancó.