La calidad de los derechos humanos en Marruecos se cae a trozos. La palabra "regresión" resume el 2009 y lo que llevamos de año, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), una de las organizaciones más críticas con el poder central.

Detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, jueces parciales además de corruptos y torturas se han multiplicado en los últimos años sin que nadie ponga el grito el cielo. La causa, dice la presidenta del colectivo, Hadiya Riadi, "la guerra contra el terrorismo comenzada desde el golpe del 11-S en EEUU". "Todos los comportamientos que violan los derechos civiles en Marruecos se justifican con argumentos de lucha contra el terrorismo", añade Riadi.

En su informe anual que se hizo público ayer, la asociación marroquí destaca las persecuciones y las amenazas de cárcel que sufren los militantes defensores de los derechos humanos. En el último año se han producido cerca de 130 detenciones políticas. "Algunos ya cumplieron las penas, otros fueron liberados después del ruido que hicimos desde nuestra asociación. La movilización internacional ha ayudado mucho", comenta Hadiya Riadi. A pesar de los proyectos económicos que están sacando a Marruecos de los países en vías de desarrollo, y a la explosión cultural que está permitiendo a una nueva generación defender su identidad y reivindicar su laicidad, "las violaciones a las libertades individuales van de mal en peor", dice.

Despliega sobre la mesa las asignaturas pendientes que desde la entronización de Mohamed VI --sigue explicando-- "no sólo no se han tocado, sino que han empeorado. Abdelhamid Amín, vicepresidente de la asociación, con el informe en la mano, pidió a la UE que asumiera responsabilidades en las violaciones de los derechos porque "no obliga al país magrebí a cumplir sus acuerdos ahora que es socio privilegiado".