Las espadas siguieron ayer en alto en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyos miembros continuaron profundamente divididos tras una reunión a puerta cerrada para examinar el proyecto de resolución que da luz verde a la guerra contra Irak, patrocinado por EEUU, Gran Bretaña y España, y la propuesta rival de Francia y Alemania para prolongar las inspecciones. Por su parte, el jefe de inspectores de las Naciones Unidas, Hans Blix, juzga que las inspecciones han producido resultados "muy limitados", según el informe presentado al Consejo, cuyo contenido se hará público el lunes pero que se filtró ayer.

El diplomático sueco considera que el régimen de Sadam Husein podría haberse esforzado más en encontrar las armas ilegales que todavía conserva y en proporcionar pruebas concluyentes de las que ya ha destruido. Además, se hace eco de que Bagdad todavía no ha comenzado a eliminar los misiles Al Samud 2, de alcance mayor del permitido por la ONU, aunque tiene de plazo hasta mañana para hacerlo.

POSICIONES INAMOVIBLES

A falta de este informe, los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad no se mostraron proclives a variar sus posiciones, tras una reunión "intensa y larga". El frente proguerra, integrado por EEUU, Gran Bretaña y España, siguió abogando por la aprobación del proyecto de resolución que presentaron el lunes para autorizar el ataque, pero chocaron con la oposición inamovible de los países pacifistas, que encabeza Francia, con el apoyo de Rusia, China y Alemania.

"No hay necesidad en absoluto de una resolución que autorice el fin de las inspecciones y básicamente permita a cualquiera comenzar a emplear medios militares" contra Irak, espetó el embajador de Rusia, Serguei Lavrov. Su colega francés, Jean Marc de la Sabli¨re, añadió que "sería una paradoja que el Consejo decidiera ir a la guerra ahora que están prosperando las inspecciones". El delegado francés hizo hincapié en que casi todos los miembros del Consejo no creen que haya llegado el momento de atacar a Irak.

La posición más difícil es la de los seis miembros no permanentes --Chile, México, Camerún, Guinea, Angola y Pakistán-- que están siendo activamente cortejados y presionados alternativamente por las grandes potencias para atraerlos a sus posiciones. EEUU ya ha dejado bien claro que su táctica es conseguir los nueve votos imprescindibles para que se apruebe su proyecto de resolución, y evitar que Francia, Rusia y China ejerzan su derecho de veto para bloquearlo.

Ayer el embajador de Chile, Juan Gabriel Valdés, se quejó de que los cinco miembros permanentes estén "cargando la decisión sobre la espalda de los miembros rotatorios" del Consejo. Además, junto al embajador de México, Adolfo Aguilar Zinser, pidió que continúen las inspecciones por ser la vía pacífica para desarmar a Irak. Aunque se indicó el miércoles que México podría cambiar de bando, su embajador no dio ayer la impresión de que esté dispuesto a hacerlo.