La oenegé Asociación de Ayuda Iraquí (AAI) denunció ayer que los grupos insurgentes sunís utilizan a niños de corta edad para fabricar artefactos explosivos, así como para otras tareas de asistencia a las milicias armadas. La AAI, una organización avalada por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, aseguró que tiene constancia de esas actividades en la provincia iraquí de Al Anbar y en, al menos, dos barrios sunís de Bagdad. Ayer, en una nueva jornada de violencia, 23 personas murieron.

Los menores pertenecen a familias humildes o que han perdido al padre y consiguen entre cinco y diez dólares diarios por realizar peligrosos trabajos relacionados con armas y explosivos. La AAI recoge las declaraciones de un "maestro de explosivos" identificado como Abú Katib, que dirige a un equipo de 40 niños que fabrican bombas. "Necesitan trabajo y nosotros se lo damos. Estamos cerca de ellos siempre, trabajan en condiciones seguras y es raro que se quemen con los productos químicos, pero si les ocurre, tenemos médicos para ayudarles", comenta.

JORNADA DE 8 HORAS La agencia recoge el testimonio de un niño de 11 años llamado Seif, que ha dejado la escuela para ayudar a sus padres. "Trabajamos ocho horas al día bajo supervisión de dos mayores. Nos dan comida y al final de la jornada nos pagan, unas veces siete dólares, otras diez, según las bombas que hayamos fabricado", explica el menor, que añade: "Son bombas para matar marines. Al principio tenía miedo, pero mis padres me dijeron que era por dos buenas causas: ayudar a nuestra familia y luchar contra los ocupantes".