Interpol, que agrupa a 184 policías del mundo, ha multiplicado por 20 el número de fichas de sospechosos de terrorismo --no solo islamistas-- desde los atentados del 11-S. En el 2001, año de los atentados en EEUU, solo tenía registrados en su base de datos a 415 activistas, mientras que en el 2005 pasó a controlar a 8.121. "Para Interpol, el terrorismo ha pasado a ser un ámbito prioritario de la delincuencia", declararon a este diario fuentes de este organismo.

Un año después de los atentados de EEUU, Interpol identificó y recopiló datos de 733 personas relacionadas con el terrorismo; en el 2003, pasó a controlar a 1.587; en el 2004, a 3.608, y en el 2005, a los 8.121 señalados. Desde el 2001 al pasado año, la organización internacional incluyó 14.464 expedientes de personas vinculadas al terrorismo al Sistema de Información Criminal, su base de datos.

Con esos datos, Interpol hizo una lista de todos los sospechosos de terrorismo, que distribuyó a los 184 países miembros. El listado incluía el nombre, los alias, las huellas dactilares, las fotos, los datos del pasaporte --auténtico y falsos--, y señas de identidad de los investigados.

ALERTAS DE CINCO COLORES Los 450 funcionarios --policías y civiles-- que trabajan en la sede central de Interpol, en Lyón (Francia), clasificaron a los sospechosos en "difusiones" de cinco colores: roja, amarilla, azul, verde y negra. Este sistema facilitó unas 7.000 detenciones entre el 2002 y el 2004.

La difusión roja es la prioritaria y se usó en 2.206 ocasiones en el 2005. Según fuentes de Interpol, esta clasificación lleva aparejada la orden de "detención con miras a la extradición" de la persona buscada. Normalmente se elabora con informaciones policiales obtenidas de una investigación en el terreno, muchas veces tras un atentado.

La divisa de color azul, empleada 237 veces el pasado año, se utiliza para ordenar a todas las policías localizar a una persona que puede estar relacionada con Al Qaeda o cualquier otra organización. No obstante, como Interpol no tiene datos concretos de la incriminación del sospechoso en estos casos, solo sugiere a la policía de cada país más datos "de sus actividades en el marco de un caso penal".

Interpol utiliza el azul para localizar a la treintena de personas que dejan cada año España para integrase en comandos suicidas en Irak o recibir formación en campos terroristas de Africa, Oriente Próximo y Asia.

El distintivo verde significa un aviso del desplazamiento de un sospechoso de terrorismo. "Se utiliza para alertar a los países y facilitarles información sobre una persona que puede cometer delitos", subrayan los funcionarios de Interpol.

DIVISA NEGRA Las analistas emplean la difusión amarilla para localizar a los menores involucrados en investigaciones. Y la negra se usa para ordenar la identificación de cadáveres, entre los que están los kamikazes de Irak, Israel y otras zonas.

Con la información suministrada por las 184 policías asociadas, Interpol creó en el 2002 el Grupo Mixto Especializado en terrorismo, que ha impulsado distintos planes preventivos en distintas zonas del mundo.

El pasado octubre, los especialistas de Interpol crearon el proyecto Fusión Oriente Próximo, que ha empezado a dar sus frutos con 102 nuevos registros incorporados al Sistema de Información Criminal. Según las fuentes policiales españolas hay un dato aún más importante: la colaboración de Arabia Saudí y Siria, países sospechosos de esconder terroristas. Según Interpol, esos dos estados han facilitado datos sobre 40 terroristas.

BAOBAB Y PACIFIC Interpol ha puesto en marcha otros grupos especializados en perturbar la circulación de organizaciones terroristas. Son los proyectos Baobab (en Africa) y Pacific (en el Sureste Asiático), cuya misión es "identificar a las personas que han recibido formación en campos de entrenamiento para terroristas". Con idéntica misión, pero a escala mundial, Interpol cuenta con los grupos Passage y Tent.

En Asia central funciona el proyecto Kalsan, que trata de obtener información en Afganistán y Pakistán, poco permeables a los servicios de inteligencia occidentales. Otro proyecto antiterrorista está en América Latina: Amazon. Este grupo tiene como principal fin cortar vías de financiación y acabar con el tráfico de armas hacia los fundamentalistas de Centroamérica.